El glaucoma y la importancia de la prevención
Publicado: 17 Oct 2016
Después de la retinopatía diabética, el glaucoma es la segunda causa de ceguera evitable con un diagnóstico temprano. Es una enfermedad visual muy silenciosa: es casi imposible notar los síntomas antes de que sea demasiado tarde. El glaucoma es el resultado de un aumento de presión en los ojos y se puede manifestar en distintas formas: de ángulo abierto, de ángulo cerrado, de ángulo normal, congénito o secundario.
Las factores de riesgo que propician la aparición de la enfermedad incluyen edad, herencia, diabetes y miopía. A partir de los 40 años, el glaucoma empieza a desarrollarse en miopes, en diabéticos o en personas predispuestas por herencia. Los síntomas abarcan dolores de cabeza, una reducción del campo visual periférico y alteraciones visuales, como la incapacidad de adaptarse a la oscuridad. En casos extremos, las personas con glaucoma pueden terminar con una visión tan limitada que se asemeja a la visual a través de un túnel.
El daño que hace el glaucoma es irreversible; por eso es importantísima la revisión periódica de los ojos, en la que se le toma la presión ocular y se detecta al glaucoma en sus primeras etapas. La revisión frecuente es aún más importante para aquellos que pertenecen a los grupos de riesgo que se mencionaron anteriormente. Aunque no se puede curar el glaucoma, se lo puede detener con tratamientos de fármacos tópicos, láser o una cirugía de vitrectomía. Hágase ver: no hay razón para quedarse ciego por una enfermedad evitable.