QUÉ ES
El síndrome de ojo seco se produce cuando la superficie del ojo tiene una falta crónica de lubricación: una calidad o cantidad insuficiente de lágrimas resulta en la sequedad e inflamación de la córnea, e impide que se eliminen las partículas que se hayan podido introducir. Es una molestia muy común, y la razón de muchas consultas oftalmológicas. Algunas causas son la edad, el uso de lentes de contacto o la exposición muy prolongada a a luz de pantallas.
Síntomas
Cómo se trata
En etapas iniciales del síndrome pueden recetarse lágrimas artificiales para mantener al ojo hidratado y proteger su superficie, así como la aplicación de calor local con máscaras especiales. Algunos cambios de hábito, como llevar una buena higiene de pestañas, evitar ambientes secos o pasar menos horas frente a la computadora, también pueden ayudar a reducir los síntomas.
El tratamiento más moderno para el ojo seco es la luz pulsada intensa (IPL). Consiste en la aplicación de una fuente de luz policromática no coherente de amplio espectro. El efecto fototérmico ayuda a reducir la inflamación en las glándulas afectadas por la patología, mejorando su funcionamiento y disminuyendo así los síntomas de ojo seco.
Cuando la enfermedad está avanzada y se ha producido daño en la visión, puede requerirse una intervención quirúrgica, que variará según el tipo de ojo seco y las consideraciones de su médico oftalmólogo.